INGREDIENTES:
2 solomillos de cerdo, 1 cebolla no muy grande, ½ litro de caldo de pollo, 200 gr. de dulce de membrillo, 100 gr. de piñones, 3 dientes de ajo, aceite de oliva, sal y pimienta
ELABORACIÓN:
Se limpian los solomillos quitándoles algún resto que tenga de grasa y se cortan en medallones, (esto es opcional, se pueden hacer entero el solomillo y al final del guiso hacerlo en filete o medallones)
Se salpimienta los solomillos por los dos lados y se reserva.
Se cortan los ajos en láminas y en una sartén con aceite se doran bien y se retiran. En este mismo aceite se fríen los solomillos a fuego fuerte, para que se sellen por fuera y queden crudos por dentro, se reserva.
En la misma sartén y con el mismo aceite freímos la cebolla bien picada hasta que quede pochada a continuación añadimos el membrillo bien troceado (es para que se deshaga antes) y cocinamos hasta que se derrita.
Una vez que esté bien derretido y mezclado añadimos el caldo de pollo, cocinamos durante 10 minutos en función de cómo nos guste la salsa más o menos trabajada, añadimos el solomillo que teníamos reservado y el caldo que haya soltado en reposo (si hemos optado al principio por cortarlo en medallones, nos será más fácil guisarlo en la sartén)
En una sartén limpia, sin aceite, tostamos los piñones con cuidado que no se nos quemen.
Servimos la carne en una fuente con un poco de salsa y los piñones por encima, en una salsera echamos el resto de la salsa para que los comensales se sirvan según su gusto y a comer, rico, rico, rico.
NOTA: si ves que la salsa se te queda un poco espesa echas un poco de caldo de pollo lo calientas y te queda muy rico.